La faceta de dibujante de Kafka y su temprana vocación por el dibujo surgió, según cuenta el editor de la edición original, Niels Bokhove, al contemplar en el escaparate de una tienda dos cuadros que le dejaron una fuerte impronta. Éste nos señala un significativo ejemplo de la función de las artes plásticas en la prosa de Kafka, la figura del pintor Titorelli en El proceso, en quien proyectaba su ideal de convertirse en un escritor reconocido. Pese a que por lo general se relacionan con su universo literario, muchos de los cuarenta dibujos que se presentan en esta original edición son bocetos de sus días de estudiante, acompañados por un fragmento de texto específico del autor. El proceso de asignar los pasajes de la obra de Kafka a cada uno de los dibujos, recopilados por Max Brod, distingue dos tipos de fragmentos: por un lado están los que acompañaban originalmente a los dibujos, y por otro, aquellos que han sido escogidos de la obra completa de Kafka y que intensifican el dibujo y a la inversa. Tan inclasificables como su literatura, estos dibujos conducen a la misma discusión acerca de si cabe o no considerar a Kafka un expresionista. Ante esto, preferimos quedarnos con la cita de Brod: «Puedo deciros el nombre de un gran artista, Franz Kafka».
Franz Kafka
Franz Kafka
Franz Kafka
Goran Petrovic
Liniers
Angela Carter
Juan Gómez Bárcena
Hermann Broch